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Enrique Graf busca ‘revivir’ el piano: “Se preocupan por la educación y sacan la música de las escuelas”

El pianista uruguayo tocará este sábado 17 de diciembre en el MACBA, en el marco del ciclo “Recitales de Grandes Pianistas”. En diálogo con PERFIL, contó cuál será el repertorio y analizó la escena musical y cultural en América y otras partes del mundo.

Desde muy joven el pianista uruguayo Enrique Graf emigró a los Estados Unidos para estudiar y posteriormente desarrollar una prolífera carrera internacional como intérprete de música clásica. Pero además de su labor como concertista, también se ha dedicado a la docencia y a la gestión cultural, ámbito en el que tiene en mente – y en marcha – diferentes proyectos para revertir la situación de la música en su país.

Graf se presenta este sábado 17 de diciembre a las 16 horas en el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, Av. San Juan 328, CABA) en el marco del ciclo “Recitales de Grandes Pianistas”. El evento tiene un costo de mil pesos (menos de 6 dólares) y es organizado por PianoSolo-Internacional, Disklavier y Concurso Piano MACBA 2022.

En diálogo con PERFIL, el artista uruguayo definió cuál será su repertorio en esta presentación y analizó la escena musical y cultural en América y otras partes del mundo.

En un tono informal y relajado (prefiere el vos antes que el usted porque tanto tiempo en Estados Unidos le ha borrado en cierta forma esta diferencia de pronombres), manifestó su emoción por volver a tocar en la Argentina, lugar en el que no se presenta hace varios años, y destacó el trabajo de la pianista y profesora correntina Mirian Conti.

– ¿Cuáles son las obras que vas a tocar durante tu presentación el MACBA?

Una sonata de Mozart, muy conocida que la toca todo el mundo, pero por lo general los profesionales no la tocan porque lo hacen muchos estudiantes; dos obras de Rachmaninoff, La Elegía y un preludio; un estudio de un compositor uruguayo y la sonata de Liszt.

– ¿Dentro de ellas se encuentra tu pieza favorita?

Debo decir que Liszt no es mi compositor favorito pero cuando me dicen ‘nombrá la mejor obra de piano’, llego siempre a la sonata de Liszt. Es una obra maravillosa, ahí pasa de todo. Son 32 minutos pero es un viaje al cielo y al infierno, y a todos lados. Pianísticamente muestra todo y técnicamente también, es mi obra favorita de piano.

Cuando toco con orquestas, mi concierto favorito es el Cuarto de Beethoven. Yo estudié con un alumno de un alumno de un alumno de Ludwig van Beethoven, así que él es muy cercano a mí, por decirlo de una manera.

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– Empezaste a los cuatro años a tocar el piano, ¿Cómo inició ese amor por la música?

En mi casa la música era cosa de todos los días. Mi padre tocaba el violín y mi madre el piano. Entonces lo enviaron a mi hermano mayor, Jorge, a tocar el violín pero después se convirtió en baterista y formó la banda “Días de Blues”. Yo seguí con el piano y nunca paré.

– ¿Y cómo surgió el interés profesional por ese instrumento? ¿Cuándo viajaste a estudiar a Estados Unidos?

Ahora vivo allá, pero a Uruguay vengo todos los años y dirijo un Festival en Colonia. De joven era más bien un hobby, nunca me imaginé que iba a vivir de esto, pero me lo fueron metiendo en la cabeza. Me decían que tenía mucho talento, que tenía que estudiar, presentarme en los concursos y cuando los empecé a ganar me recomendaron que me fuera a vivir al extranjero para estudiar.

Cuando llegué a Estados Unidos me tocó a tener a un profesor increíble, conseguí un agente… se fue dando todo sin planearlo. Lo mismo me pasó con mi rol de docente, empecé a dar clases de joven porque necesitaba plata. No era algo que había pensado pero se convirtió en una pasión y terminé enseñando en varias universidades por muchos años.

Ahora me jubilé y me dedico a estudiar el piano aún más. También a hacer otros proyectos: quiero tratar de revivir el piano en Uruguay porque se ha venido abajo un poco, como en todo Occidente.

– ¿Cuál crees que es el problema?

Se está descuidando a los grandes compositores. Es como si me dijeras que en un museo se ofrecen un Rodin, un Gauguin o un Goya y no lo aceptan porque solo quieren al pintor de acá a la vuelta que hizo un cuadrito. No entiendo qué pasa. Todos los estudios demuestran que los chicos que desarrollan interés por la música les va mejor en otras materias, también emocionalmente y físicamente.

Tocar un instrumento es de las pocas cosas que desarrollan el cerebro, las emociones y el físico a la misma vez. No sé porque no le dan la importancia que tiene. Se preocupan por la Educación y en Uruguay sacaron la música del diseño curricular escolar, para mí es rarísimo.

En China, por ejemplo, no es así. A tal punto que la casa principal de Steinway no está más en Nueva York y la Escuela Juilliard abrió una sede allí. Hay un auge impresionante de la música clásica en Oriente, en Japón, en Corea, porque son vivos. Se dan cuenta que esto es bueno para los niños. Les va bien, lo adoptan, y por estos lados no.

– ¿Existe una renovación en los compositores de música clásica o se tocan siempre los mismos?

Sí los hay, pero como en todas las épocas lleva un tiempo. Cuando Beethoven apareció había muchos compositores, pero de a poco los que no son tan buenos van desapareciendo. La gente se entusiasma con algunos y esos son los que siguen; también pasa con la música popular.

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Hay muchos compositores escribiendo para el piano, y hay muchos pianistas, demasiados, para el público que hay. El problema es el público, la educación. Insisto, en mi época era siempre parte de la Educación. Desde Platón y Sócrates se consideraba la música una de las bases de la educación, junto con matemáticas y filosofía eran las más importantes. Confucio decía que la música era más importante que la matemática.

Y con esto me refiero a cualquier tipo de música. A mí me gusta también la música popular, escucho jazz todo el tiempo, salsa, entre otras. Por supuesto no digo que los chicos deban ser profesionales, pero sí que aprendan las bases de la música.

– Acerca del Festival Internacional de Colonia, que dirigís, ¿Cómo surgió el proyecto?

Es una idea que copié a un festival en Charleston, donde yo vivo, que mezcla de todo un poco: música clásica, por ejemplo este año trajimos a la Filarmónica de Montevideo, pero a la vez teníamos flamenco, tango, jazz, música de cine, artes visuales, etc.

Por otro lado, quiero señalar que acá en Uruguay tenemos una radio pública llamada FM Babel donde pasan música de todo tipo, tiene un poquito de clásico y también la escucha mucha gente joven. Hoy en día, la concentración de los jóvenes no es muy larga y los conciertos sí lo son. Yo voy a tocar ahora en el MACBA la sonata de Liszt, que dura 32 minutos. Eso para un joven puede ser demasiado, entonces hay que aprender a adaptarse a lo que está pasando ahora.

A mí me gusta mucho la cuestión visual, que haya algo más. Para el que está acostumbrado quizás no importa, porque la música alcanza, pero para alguien que no va a los conciertos habitualmente sentarse a mirar un “montón de viejos en smoking” es medio aburrido. Hay orquestas que están empezando a poner videos detrás, por ejemplo, para generar otro tipos de experiencias.

En este punto quiero subrayar el trabajo de Mirian Conti. Ella estaba enseñando en la Escuela Juilliard y se vino de Nueva York a Buenos Aires para hacer cosas; tiene el tipo de personalidad que busca ayudar. Yo quiero hacer un poco lo mismo acá en Uruguay, la gente me dice que estamos “medio locos” pero tengo esperanza de que se pueda revertir.

– En el mundo de los medios de comunicación también se da una realidad parecida, quizás más en los medios virtuales: se busca cómo combatir muchas veces la falta de atención, a veces con noticias más cortas.

Yo creo que los medios son responsables, en alguna medida, de lo que está pasando con la cultura. Yo que leo los diarios, veo que le dan mucha importancia a la farándula, por ejemplo. Alguna celebridad hace cualquier cosa y aparece todos los días en el periódico.

Después viene algún artista importante para un evento y no hay espacio, no hay críticas tampoco como había antes. No hay ni una agenda cultural en la mayoría de los diarios. Esto pasa en Estados Unidos también, ya no se ayuda a la gente para que sepan donde ir y darle una devolución de lo que pasó. Está difícil. ¿Por qué no puede haber espacio para ambas cosas? Es lo que no entiendo.

– ¿Qué otro proyecto o idea querés llevar adelante para fomentar la música clásica?

Una de ellas es realizar una serie de conciertos de piano y desarrollar un concurso internacional. Además quiero hacer en colaboración con otros países de Latinoamérica de Master Classes. Eso es lo primero.

Quisiera que se impulse la compra de instrumentos. Las estadísticas muestran que durante la pandemia se disparó la venta de instrumentos musicales, entre ellos de pianos, como hacía un tiempazo que no ocurría. En ese sentido, que se arreglen los pianos que tenemos en todo el país, que están algo descuidados. Mejorar un poco la escuela de piano acá, porque talento hay. Es un proyecto grande que va a llevar años.

CP

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/cultura/grandes-maestros-el-pianista-enrique-graf-se-presenta-en-el-macba.phtml

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